martes, 23 de octubre de 2012

Quinto Misterio Doloroso. La crucifixión y muerte de Jesús


La crucifixión y muerte de Jesús 

La Crucifixión. Autor Pedro de Orrente. Museo Nacional del Prado

«Llegados al lugar llamado "La Calavera", le crucificaron allí a él y a los dos malhechores, uno a la derecha y otro a la izquierda. Jesús decía: "Padre, perdónales, porque no saben lo que hacen"... Era ya eso de mediodía cuando, al eclipsarse el sol, hubo oscuridad sobre toda la tierra hasta la media tarde. El velo del Santuario se rasgó por medio y Jesús, dando un fuerte grito dijo: "Padre, en tus manos pongo mis espíritu" y, dicho esto, expiró» (Lc  23, 33-46). 

«"Cristo murió por nuestros pecados según las Escrituras" (1Cor 15, 3)» (CIC, 619).


La meditación de este misterio, nos la ofrece el canónigo de la S.A.I. Catedral de Cádiz el Rvdo. P. D. Jesús J. García Cornejo,

M E D I T A C I O N

La crucifixión y muerte de Jesús

     Solo el paso del tiempo explica como los cristianos nos hemos acostumbrados a confesar que el Hijo de Dios es crucificado y muerto en una cruz sin que se produzca en nuestra mente y en nuestro corazón un autentico cataclismo. La propia naturaleza se conmociono y hasta el velo del Templo se rasgó por medio…  Ya San Pablo se hace eco de que la primera predicación, el primer anuncio del misterio de la cruz, producía escándalo para los gentiles y necedad para los judíos. Y esto, podríamos decir, es lo lógico. ¿Cómo afirmar la muerte del Hijo de Dios y quedarnos tan tranquilos? ¿Cómo ser capaces de conciliar la muerte con la Vida? ¿Cómo explicar unir el poder del Creador con la nada y la miseria de la muerte? ¿Cómo asumir que en aquella horrible tortura éramos bendecidos y salvados?¿ Como entender que aquellas heridas curaban a las nuestras?

        Solo el paso del tiempo o una fe adormecida es capaz de mirar la Cruz del Señor y quedar indiferentes. Si, lleva razón el Santo Padre Benedicto XVI, cuando nos invita a revisar y renovar nuestra fe. Hemos caído en un tiempo de adormecimiento espiritual que nos lleva a mirar la cruz y quedarnos igual. Y la cruz de Cristo es el mayor acontecimiento de la Historia junto con su Resurrección. 

        La Historia de la humanidad cambio desde el momento en que Cristo expiró en un madero. Su muerte nos ha salvado. Hemos salido a flote agarrándonos a este madero. Ya nada está perdido. Ya no hay hombre que se pueda perder si como el pueblo de Israel vuelve su mirada al que ha sido levantado sobre el patíbulo de la cruz. Este se ha convertido verdaderamente en el árbol de la Vida.

        Al meditar la cruxifixión y muerte del Señor le pedimos una sincera conversión a El. Pedimos por todos aquellos hombres y mujeres, hermanos nuestros, que viven desesperados y sin sentido en sus vidas. Que descubran, que no olvidemos, el Amor de Dios manifestado en la radicalidad de la cruz, por que la ultima explicación de este misterio es el infinito amor del Padre, que tanto amó al mundo que le entregó a su Hijo Amado, para que el mundo se salve por El.

P. Jesús J. García Cornejo


En nombre de la Junta de Gobierno de esta Venerable Cofradía queremos agradecer la colaboración del Padre Jesús con esta campaña.

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