jueves, 18 de octubre de 2012

Quinto Misterio Luminoso. La institución de la Eucaristía


La institución de la Eucaristía

La última Cena. Autor Luis Tristan. Museo Nacional del Prado

«Mientras estaban comiendo, tomó Jesús pan y lo bendijo, lo partió y, dándoselo a sus discípulos, dijo: "Tomad, comed, éste es mi cuerpo"» (Mt 26, 26). 

«Al celebrar la última Cena con sus apóstoles en el transcurso del banquete pascual, Jesús dio su sentido definitivo a la pascua judía. En efecto, el paso de Jesús a su Padre por su muerte y su resurrección, la Pascua nueva, es anticipada en la Cena y celebrada en la Eucaristía que da cumplimiento a la pascua judía y anticipa la pascua final de la Iglesia en la gloria del Reino» (CIC, 1.341).


La meditación de este misterio, nos la ofrece el periodista de Onda Cero y cofrade D. Jesús Devesa Molina, 

M E D I T A C I O N

La institución de la Eucaristía

Que siempre quede un banco libre en torno a tu mesa, Señor. Un trozo de tu divino Cuerpo.

Que siempre quede una gota de tu sangre, con qué regar las almas de los hombres.

Que siempre quede tu mensaje y tu palabra. Que nunca nos falte tu LUZ de salvación.

Que nunca nos falte ese mensaje, donde encontrar un trozo de tu ser infalsificable.

Un  mensaje donde encontremos tu sonrisa, siempre amable y alentadora.

En tu mensaje encontramos la PAZ para quien la busca.

En tu mensaje encontramos una forma de vida entregada a Ti y derramada sobre el prójimo.

Porque tu Reino no está solo en el cielo.

Tu reino está en cada grupo de hombres y mujeres que invocan tu alma.

Estás en el pan invisible que el mendigo busca en cada esquina.

Estás en el pan del que busca desamparado y no estas en el pan del que derrocha sin leyes.

Te vemos Señor, allá donde se hace el bien en tu nombre.

Te vemos en el cielo de la tierra, más que en ese cielo de  nubes vanas.

Te encontramos en los besos, en las caricias, en los abrazos, en las buenas acciones, en las ayudas prestadas, te reconocemos, Señor…en las Hermandades.

Porque cada “madrugá Santa”  el cielo baja a la tierra y se repite el banquete.

Y pides PERDÓN, Señor, por el que no tuvo con qué pagar tu cena.

Y Pides PERDÓN por el que vio sémola y trigo y no vio tu alma.

Y Pides PERDÓN por el que vio alcohol y vicio, en esa sangre entregada por los hombres.

Por eso hubo un artista que clavó tus ojos en el cielo.

Porque el cielo está en tu mirada, esa que cautiva a tus hermanos cofrades.

Tu cielo está en el que lucha y en el que busca.

En el que pasa miedo y hambre. Tu cielo está en las manos de cada mujer que teje mantos bordados para enaltecer tu figura y la de tu Santísima Madre.

Tu cielo está en el que se sale de la silueta de tu sombra, reflejada en la tierra.

Por eso Señor, no nos desvíes de tu camino y permítenos que siempre quede un banco libre en torno a tu mesa, un trozo de tu divino Cuerpo y una copa de tu divina sangre.

Haznos participe siempre, de tu divina Eucaristía.


                                              Jesús Devesa Molina


En nombre de la Junta de Gobierno de esta Venerable Cofradía queremos agradecer la colaboración de Jesús con esta campaña.

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